<p>Hola, me he leído todos los relatos sobre las mujeres vilmente violadas, vejadas, mutiladas y mil etcéteras por esos soldados con el alma más oscura que las tinieblas. El corazón se me altera y debo alternar la lectura con la visualización de temas absolutamente intrascendentes para que por mi rostro no caigan mil lágrimas de rabia e incomprensión.</p><p>Podría acudir al manido comentario de que cómo es posible que un hombre le haga eso a otro, o que no son humanos... es inútil, claro que son personas, claro que son humanos, claro que saben lo que hacen y por supuesto que son conscientes del dolor imperdonable que van a producir. ¿La guerra? Sólo una excusa, es esta maldita raza nuestra que nos hace insensibles al dolor ajeno al más mínimo estímulo.</p><p>Veo las caras de esas mujeres, leo sus historias, intento hacerme una idea de lo que han sufrido y de lo que siguen sufriendo, lo intento con todas mis fuerzas y soy consciente de que mi mente no es capaz de asimilarlo, que no entiendo nada, que no sé nada.</p><p>Sé que nuestra sociedad occidental está montada obviando el dolor, la muerte, el sufrimiento, como si fuésemos inmortales, como si nada malo nos pudiera pasar, como si eso sólo fuera cosa de "otros", pero es leyendo cosas como las que escribes cuando esta realidad se muestra con toda su fuerza.</p><p>Mi condición de hombre occidental de clase media que vive en una ciudad desarrollada sé que me hace propenso a olvidar estos relatos a corto plazo, pero siéntete altamente honrado y agradecido por hacer que este hombre, durante ese corto plazo, sepa mirar más allá de sus narices.</p><p>Un saludo.</p>
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